Aguas Río Claro: “Es segura el agua que bebemos”.
Estudio de la Universidad de Chile, habría revelado alta presencia de arsénico en tres marcas chilenas de agua embotellada, que a todas luces no podrían ser catalogadas como “potables”. Aguas Río Claro no sólo asegura a sus clientes la calidad integral de sus productos, sino que además considera un deber que los consumidores conozcan de qué se trata el estudio y las implicancias que ello implicaría para la salud de los consumidores.
Fue una presentación en el Congreso Geológico Chileno, la responsable de encender las alarmas. Y no era para menos. Un trabajo dado a conocer el pasado domingo 18 de noviembre, en la Casa del deporte del Campus Universidad de Concepción, de esta casa de estudios superiores penquista, hizo público un trabajo científico que aseguraba que tres reconocidas marcas chilenas de aguas envasadas, no serían aptas para ser rotuladas como agua “potable”. ¿La razón…? Simple y concreta…los altos niveles de arsénico de un grupo de aguas embotelladas que hoy están siendo comercializadas en diferentes puntos de venta a través de todo el país. Por la implicancia que ello significa para la salud de los consumidores, Aguas Río Claro invita a conocer este trabajo, haciendo hincapié que es un derecho de los usuarios saber con certeza lo que consumen.
Aguas Río Claro cumple con el deber de dar a conocer los detalles que develan estos peligrosos antecedentes, dejando muy en claro que nuestra marca cumple con todos los requisitos exigidos para su consumo. Por ello, es crucial que antes de comprar agua envasada, ya sea en un supermercado, almacén, restaurante u cualquier otro punto de venta, los usuarios conozcan los detalles de este estudio, ya que detrás de todos estos indicadores, hay una variable mucho más importante que no tienen precio…su propia salud y la de los suyos.
Los datos duros
“El agua que bebemos: resultados fisicoquímicos de algunas aguas envasadas chilenas”, es el nombre de la investigación que hoy tiene a todo el mercado de las aguas envasadas nacionales en el tapete. Los autores del citado trabajo, Linda Daniele, Claudia Cannatelli y los investigadores Jamie Buscher y Giuseppe Bonatici, son del Departamento de Geología e investigadores del Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes, de la Universidad de Chile, y fueron quienes demostraron científicamente que de diez marcas analizadas, todas presentaron arsénico en sus componentes, pero tres de las muestras arrojaron cifras notablemente superiores a lo establecido por la norma de agua potable chilena (NCH409/1), el valor sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y lo regido por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, antecedente que es deber de Aguas Río Claro hacerlo público. Además, el trabajo de la Casa de Bello, detectó también presencia excesiva de nitrato, boro y otros elementos disueltos en las tres marcas de aguas que estarían en entredicho.
Según apunta Radio BioBio Chile, tras un contacto de este medio con los autores del citado estudio para conocer quiénes eran las tres marcas cuestionadas, desde la Universidad de Chile señalaron a las aguas Puyehue, Jumbo y Jahuel, como el trio de marcas en la cual se detectó alto nivel de arsénico. Además, según la emisora penquista, estas tres aguas embotelladas excederían las normas internacionales y de agua potable chilena por contener 12,7, 12,54 y 19,0 µg/l de As (Arsénico)”, según indicaron los propios autores del estudio. No obstante, paradojalmente, el trabajo científico hizo el distingo que según la norma que regula a las aguas envasadas -entre ellas a Aguas Río Claro– (que es distinta a la que rige al agua potable), a pesar de lo anterior, estos niveles cumplirían con lo establecido. En otras palabras, el mismo estudio de la Chile asegura que estas tres aguas cumplirían los estándares para estar en una botella, pero según la actual normativa vigente, no para salir por la llave.
Para Aguas Río Claro, esta paradoja está dada por la inconsistencia que existe entre la norma que regula el agua embotellada y la que rige el suministro de agua potable. De hecho, según el análisis profundo del estudio de la Universidad de Chile, algunas de las aguas envasadas analizadas no cumplirían con esta última variable, razón por la cual no serían aptas para ser consideradas como “aguas potables”. De hecho, el estudio demostró que, en una muestra puntual, el pH es ligeramente más ácido que el valor regulado.
¿Agua potable?
Tras el trabajo expuesto en este Congreso, Aguas Río Claro pudo determinar que en diez marcas de agua que se comercializan en botella plástica, se analizaron treinta y dos elementos químicos, incluidos menores y trazas. Ello daría validez a este trabajo, en el sentido de reconocer una inconsistencia entre la norma que regula el agua embotellada y la que rige el suministro de agua potable. Actualmente, bajo el imperio de la actual legislación vigente, las empresas no están obligadas a declarar la composición química del agua envasada, por lo cual es incomprobable cuando la publicidad las señala como aguas saludables y puras.
Aguas Río Claro señala también que, en el estudio, se indica que en el 2015 se vendieron en Chile más de 460 millones de litros de agua envasada. Los resultados mostraron, además, que no existe antecedente alguno que permita señalar la existencia de una clara relación precio-calidad entre las marcas estudiadas. Próximamente, los autores pretenden ampliar este estudio a todas las marcas de agua disponibles para la venta en el mercado chileno.
El valor de lo incuestionable
En lo que respecta a Aguas Río Claro, nuestros productos no tienen ningún problema y desde su creación y lanzamiento al mercado, jamás se les ha puesto en entredicho. De hecho, ellos no sólo cumplen con todos los estándares exigidos por la autoridad sanitaria, sino que además destacan por la seguridad y tecnología que conlleva su proceso industrial. De partida, desde que la compañía comienza por embotellar agua desde sus orígenes, su mayor activo es su completo proceso de purificación, un sistema diseñado a realizarse por multietapas, que se inicia desde la propia agua de red domiciliaria, para luego pasar por cinco etapas o procesos de purificación claramente diferenciados.
Los procesos que utiliza Aguas Río Claro son, (Filtro de Carbón Activado, que elimina color, sabor y olor del agua, Arena Cuarzo, filtro que retiene impurezas y conserva la perpetuidad del agua, Microfiltro de resina, atrapa las micropartículas en suspensión, Ionización de Plata, proceso que a través de placas de plata se ioniza el agua dándole durabilidad, Luz Ultra Violeta, proceso que elimina, bacterias, virus y agentes patógenos del agua, quedando un producto esterilizado y por ultimo Ozono, la forma más activa del oxígeno, capaz de destruir virus, bacterias, parásitos, priones, hongos, mohos, esporas y otros muchos contaminantes por oxidación en pocos segundos. Tras estas cinco etapas, se obtiene como resultado agua purificada no mineral y libre de sodio. Este proceso de purificación está aprobado por la FDA y USDA para uso directo en el proceso de alimentos
Aguas Río Claro desde hace diecinueve años trabaja produciendo y comercializando distintas soluciones integrales de aguas purificadas bajo su marca (aguas con y sin sabor) en diferentes presentaciones y formatos. Todos ellos son libres de sodio y alta pureza, y son especialmente recomendados para embarazadas o hipertensos, ya que, al carecer de sodio y cloro, tienen un mejor sabor y olor.
Es un aporte más de Aguas Río Claro, aguas purificadas del Maule para el mundo